Dos glosas


Anónimo

Hay dos acontecimientos que merecen una pequeña glosa en este programa, que no sólo es el portavoz de nuestras fiestas sino un reflejo de la vida de nuestro pueblo a través de un año.

El primero es la Semana Infantil, celebrada el 11 al 17 de abril, con todos los actos que la precedieron y la brillante clausura celebrada el día 1 de mayo. Fue algo nuevo en nuestro pueblo y algo muy difícil de encontrar a lo largo y ancho de nuestra geografía.

Fue algo que nuestros niños no olvidarán. Fue un trabajo largo, costoso, complejo, arduo y denso muchas veces. Pero todo esto quedó completamente olvidado con solo ver la alegría de nuestros niños.

La Semana surgió de un grupo de muchachos, que trabajaron con un tesón y una alegría dignos del mejor elogio y que pudo llevarse a cabo por la colaboración de todo Bañeres: Ayuntamiento, autoridades, entidades, empresas, particulares, etc., y también por la colaboración prestada por entidades y empresas dedicadas al mundo de los niños más allá de los límites de nuestro pueblo. Fue algo realizado con toda la “seriedad” y categoría digna de nuestros niños.

El otro acontecimiento tuvo lugar unos días después como broche final de nuestras fiestas: El traslado de los restos del cementerio viejo.

Bañeres, que sabe y vive lo que es la Fiesta, y que la completa como nadie en ese acto inefable del día 25, que no sólo es un recuerdo emocionado a los suyos, sino un apertura a un sentido de eternidad, quiso realizar ese acto emotivo y entrañable del traslado de los restos de nuestros antepasados con la dignidad y respeto que ellos merecen, por ello nada mejor que el realizarlo dentro del marco incomparable del 25 de abril donde se aúna el recuerdo, el presente, la fiesta, la oración y la esperanza.

Dos actos únicos que con la misma dignidad y sencillez que se efectuaron deben quedar también reflejados en la sencillez de esta glosa, como constancia del “buen hacer” de Bañeres.

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