Primitiva Relíquia de Sant Jordi

En el “Cuadern d’estudis locals nº 2“ publicat per la Asociació Cultural Font Bona –Centre d’Estudis Locals de Banyeres de Mariola amb motiu del 250 Aniversari de la bendició del temple parroquial de Santa María ((1752-2002), s’ens descobreix el desenrrollament religios, social y económic de la historia parroquial del nostre poble.

En ell podem llegir:

“En los protocolos de Laureano Ballester (1703 – 1704) escribano activo en la segunda mitad del s. XVIII, aparce ya el primer inventario de la iglesia vieja.

Según los términos del inventario, de acuerdo con la costumbre de la época, el escribano da testimonio del acto, convocado en la iglesia parroquial de la Universidad de Bañeras por el rector Mosen Lloréns, en presencia de Bernardo Sans, Batlle, Juan Albero de Juan y Antonio Albero, jurados. Sólo se inventarían los objetos y vestiduras.

El conjunto da la impresión de una iglesia bastante pobre y dice lo siguiente:

. . .

9. Un Relicario dorado de oro con su cruz de plata y el pie de madera dorado.

. . .

Més emdavant

“En 1742, con motivo de la construcción del nuevo templo parroquial de Sta. Maria, se practica y escritura el último inventario de la iglesia vieja, por el escribano Laureano Ballester, en presencia de Dr. D. Mauro Aparici y con la asistencia de Fray Urbano Ferre, religioso mínimo de San Sebastián, en Valencia, Carlos Albero, alcalde ordinario, Pedro Albero, regidor decano, Marcelino Doménech y Asensi Berenguer, regidores, Vicente Tortosa, síndico procurador, y los testigos; objetos inventariados que simbólicamente son entregados al nuevo párroco.

Un Relicario dorado con su cruz de plata y el pie de madera. En él hay las reliquias de San Blas, San Pedro, Santa Bárbara, Santa Agata, Santa Leocadia, San Jorge, de la Cruz de Cristo, de San Vicente Ferrer, un dinero de los que vendieron a Christo Señor Nuestro, de San Vicente Mártir, San Francisco, San Onofre, San Sebastián, San Mauro y otra del lugar donde anunció el ángel a la Virgen”.

. . .

Lamentablement d’aquesta primera Relíquia de Sant Jordi, a l’haver desaparegut quasi en la seva totalitat l’arxiu parroquial durant la Guerra Civil, no tenim notícia alguna sobre el seu parador.