La Cofradía de San Jorge año 1991, siendo Presidente Juan Sempere Blanes, decide recuperar la tradición, que se había perdido de que la Reliquia de San Jorge, que sale en procesión cada primer domingo de septiembre, desde 1780, en recuerdo de su llegada al pueblo, fuera sacada a pie, recordando aquella primera entrada en el pueblo hace más de doscientos años, y además bajo pal.li, con el fin de honrar este paseo por las calles como se hacía con el Santísimo y con las personas de alta dignidad.
Al mismo tiempo hacer extensivo ese símbolo de amor y respeto a nuestro Patrón a todos nuestros antepasados, a todos los que nos han precedido, haciendo que la celebración de la eucaristía en el cementerio el 25 de abril sea también bajo el mismo pal.li con el que se ha reverenciado la Reliquia del Santo.
Finalizada la tarea de hacer borradores para poder decidir la forma, el tipo de tejido y el resto de operaciones que se deberían hacer para la confección del pal.li, se encuentra un tela roja y dorada y se contacta con la empresa madrileña Santarufina S.L. – Taller de arte religioso, donde se revisan los diseños y los esquemas, siendo asesorados por la empresa, se decide el pal.li definitivo que se construye y llega a Bañeres el 22 d’abril de 1993. Siendo bendito al final de la Misa Mayor del día 23 de abril Festividad de nuestro Patrón San Jorge.
Quedando así constancia tal y como se dijo en la bendición del Pal.li:
“Para todo cristiano bañerense nada hay más grande que Dios, ni nada más entrañable y significativo que la devoción a su patrón, el invicto san Jorge mártir. Por eso la Junta de la Cofradía de San Jorge, que aúna esta devoción y sentir del pueblo, responsable de una tradición que ha recibido y que, a su vez, desea transmitir a las futuras generaciones, acordó promover la confección y realización de este palio, para que sea dosel de las dos realidades arraigadas en lo más íntimo de su ser, de la fe de este pueblo, la reliquia de San Jorge, su Patrón, que custodia y venera con fe y devoción, cuando es llevada en solemne procesión por sus calles, y para Jesús sacramentado, en la eucaristía del cementerio, el día 25 de abril, el acto más entrañable y emblemático de nuestro pueblo y su vigencia religiosa más profunda, expresando así la dignidad, el respeto y la veneración que merecen”.