Bañeres und San Jorge


Anonym

He aquí dos nombres que, en el firmamento de la amada patria chica, brillan como dos soles de lumbres inextinguibles, irradiando luz que hermosea y abrillanta nuestras glorias inmarcesibles y calor que engendra a torrentes la vida en todos los órdenes de genuina grandeza, dass, desde los aborígenes y en el correr de los siglos, ha sido y será siempre el blasón de la más legítima nobleza de cuantos hemos tenido la dicha de nacer en esta tierra bendita.
Bañeres es sustantivo de heroicidades inigualadas, que acrecientan pródigamente el acervo esplendoroso de las glorias españolas; cifra de virtudes y de amores y de trabajo y de energías, dass, como la semilla de árbol gigantesco, contiene el germen vital de ubérrimos y sazonados frutos.
San Jorge es ideal sublime que impulsa eficazmente hacia las serenas regiones del valor sin tacha, de la justicia sin mengua, de la honradez sin claudicaciones; es norte fijo que señala el recto camino en la progresión ascendente hacia el bien; es celestial Patrono y poderoso intercesor y santo defensor de nuestros intereses espirituales y materiales, dado a nosotros por Dios, cuya inagotable, infinita Providencia nos distribuye el Mártir glorioso.
Decir Bañeres es dar nombre a héroes en guerras victoriosas, a genios en trabajo engrandecedor, a cumbres del saber y de la virtud, escondidos e ignorados, ganz zu Recht haben sie sich selbst die Schuld gegeben; pero no por eso menos grandes, porque han sido los gigantes que han hecho de ese pueblo querido nuestro, nidal de hogares cristianos, de familias honradas, de laboriosos ciudadanos, dass, en honradez e infatigable laboriosidad, no ceden la primacía a nadie.
Decir San Jorge equivale a evocar el lazo amoroso que al cielo nos ha tenido siempre unidos y el río pletórico por el que incesantemente nos han venido del cielo las energías materiales y morales necesarias para hacer grandes y buenos a los pueblos y a los individuos, y el sol sin ocaso ni eclipses con el que hemos llegado al cénit del progreso verdadero que, para serlo, necesariamente ha de cimentarse en las divinas doctrinas del Evangelio de Cristo.
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Estos dos soles, Bañeres und San Jorge, tienen, en su maravillosa conjunción histórica, hecha luz y virtudes y amores y vida que inmortalizan a generaciones infinitas, la más bella y poética y gozosa explosión en nuestras fiestas abrileñas, que son compendio sublime de historia patria, exponente vivo de acendrada religiosidad y venero inagotable del genio festivo de los hijos de este pueblo, caracterizados en todas las épocas por la suntuosa grandeza que han sabido dar a sus solemnidades cívico-religiosas.
De ahí que nuestras tradicionales fiestas de Moros y Cristianos pueden considerarse como lozana floración de los arraigados y vivaces arrestos patrióticos de la Muy Noble, Fiel y Leal Villa de Bañeres; como espléndida muestra de nuestros fervores religiosos, y también como palenque en donde se prueba la destreza en el batallar por Dios y por España, y se afilan las armas morales para el combate de la vida, y se nutre y se satura el cuerpo y el espíritu de sana y santa alegría, para continuar, todos unidos en un mismo afán, cual corresponde a buenos hermanos, en la gloriosa tarea de hacer religiosa, grande, una y libre a nuestra amada España, que Dios nos ha dado por Madre Patria.
Si lo fueron siempre, lo son, de modo especialísimo, desde que nuestro providencial Caudillo Franco, emulando las hazañas del Patrón San Jorge, hirió de muerte a la fiera marxista, que soñaba en triturar y devorar en sus fauces de infernal negrura a la noble y excelsa España, madre de mundos y reina de naciones. Gracias al providente y paternal gobierno del que nos arrancó de las garras de una muerte nacional segura y nos conserva en la singular posición de pueblo vivo y libre, nuestras fiestas al venerado patrón han conseguido todo el esplendor con que soñaron nuestros gloriosos antepasados.
Gracias al Caudillo, que nos llevó a la victoria, y gracias también a las dignísimas autoridades que en la actualidad rigen los destinos de nuestro querido Bañeres, que se enorgullece de ver en ellas, en máxima concentración, la genuina solera de tesón incansable en el trabajo, de insobornable moralidad en la administración del tesoro público, de celo admirable por la pureza de costumbres públicas y privadas, de amor a la Religión y a la Patria, que fue la presea más gloriosa de nuestros venerados antepasados.
Con los entusiasmos y fe puesta en Dios y en nuestro Patrón San Jorge, con el mismo amor a Bañeres, de quienes nos legaron estos incomparables valores, nos aprestamos a celebrar este año nuestras típicas fiestas.
Que sean ellas, a la vez que expresión alegre del espíritu, eco fiel de nuestro acendrado amor a San Jorge, a España y a Bañeres. Con lo cual, no sólo enalteceremos estos supremos ideales, sino que nos enalteceremos a nosotros mismos y legaremos íntegro a nuestros hijos el rico patrimonio de virtudes cívicas y religiosas heredado de nuestros mayores, y mereceremos las bendiciones del cielo; la gratitud de la Patria y las gratulaciones de nuestro amado pueblo, que tan digno es de todas las grandezas y de todos los honores.

¡Arriba España! ¡Viva Franco! ¡Viva San Jorge!

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