San Jorge "El Vellet"


Presen Albero Bodí

Cuando nos comunicaron del Ayuntamiento que querían poner en Sant Jordi, el Vellet, por protagonizar la sección de la iconografía de Sant Jordi del Programa de Fiestas de este año sentí una gran alegría y, al mismo tiempo, me vinieron al recuerdo vivencias y anécdotas al respecto que han hecho que a lo largo de los años, por la transmisión de nuestros antepasados, la familia le tengamos una gran devoción a esta réplica del Sant Jordi que había, hace ya muchos años, en la ermita del Conjurador.
Al venir a casa a tomar las fotos al Santo, me comentaron que por qué no hacía un escrito al respecto y después de pensarlo me animé a hacerlo.
Esta imagen ha formado parte del día a día de nuestra familia a lo largo de los años. Una imagen que, al tenerla tan cerca, ha hecho que siempre le tuviéramos mucha devoción ya la que pedíamos ayuda ante cualquier dificultad.
Una devoción por Sant Jordi, el Vellet, que hizo que mi abuelo Pepe “el Secanet”, en un momento de gran inestabilidad social en España, sería capaz de jugarse la vida y esconder la imagen del Santo en un pequeño alcavón de la partida del Bovar. Es más, recuerdo que mi abuela Amàlia me contaba que, pasado un tiempo, recorrió por el pueblo el rumor sobre el escondite de Sant Jordi. Esto hizo que, bajo la calma de la noche, mi abuelo Pepe, con la ayuda de su amigo Baldomero “Rosera”, cogieron un carro y llevaron disimuladamente la imagen hasta el pueblo, escondiéndola en casa de este amigo. Allí quedaría guardada hasta que se normalizó la situación.
Terminada la Guerra Civil en el mes de abril, muy cerca de las fiestas patronales del año 1939, al no tener la iglesia ninguna imagen del Santo, mi abuelo Pepe ofreció su imagen, que tenía escondida, para presidir la procesión del día 23 d’abril, festividad de San Jorge.
A causa de mon pare, Enrique “el Governaor”, que siguiendo la tradición, los soldados del pueblo, entre los que se encontraba él, le hicieron escucha al Santo en la procesión. Lo que no sabía él es que, años después, la vida haría que lo tuviera en su casa al casarse con mi madre, Presenta, hija del tío “Secanet”.
La familia, así como cualquier vecino del pueblo, podían ver la imagen en la casa de mis padres. En ella presidía la habitación de mi abuela Amàlia que también era la mía, pues la compartíamos, y que era conocida como "el cuarto de Sant Jordi".
Cuando mi madre la heredó, la imagen estaba algo deteriorada y recuerdo que entre ella y yo la llevamos rodeada con una manta en Alcoy para que la restauraran. El restaurador encargado de la tarea fue recomendado por D. Manuel Soler, párroco del pueblo.
años después, esta imagen ha salido en alguna otra ocasión en procesión por el pueblo. Recuerde que en las fiestas de la Reliquia del año 1977, celebrando el 50 Cumpleaños de la Proclamación Canónica de Sant Jordi como Patrón de Banyeres, salieron en la procesión la Reliquia y Sant Jordi el Vellet. Para poder ponerlo en las andas, el tío Jorge “el Carpintero” le hizo un agujero y le dijo a mi madre que era de madera de ciprés, madera que no se carcomía.
años después, en el mes de junio de 1981, celebrando el II Centenario de la Venida de la Reliquia de San Jorge en Banyeres, se organizaron diversas actividades. El pueblo se dividió en sectores y cada uno se encargó de sus. En el Sector IV al que pertenecíamos, se propuso sacar la imagen de Sant Jordi, el Vellet, por el barrio, y que después presidiera la Misa de campaña. En esta ocasión Sant Jordi, el Vellet, volvió a salir acompañado por la Reliquia por las calles del sector. Una actividad más de las organizadas como colofón del Centenario fue la Exposición Iconográfica Local en la que la imagen estuvo expuesta en el aula de la CAM de la calle Sant Jaume.
La imagen ha sido siempre custodiada por nuestra familia y, como he dicho antes, mi madre tenía siempre abierta la puerta para cualquier persona que fuera a verlo, tanto del pueblo como cualquier forastero conocido de la familia, que tengan como una tradición el ir a ver el Sant Jordi, el Vellet, de “la tia Presenta”.
actualmente, Sant Jordi, el Vellet, como cualquier joya familiar que pasa de generación en generación, ha pasado a formar parte de mi familia. Para nosotros es una gran satisfacción, ya que siguiendo el ejemplo de casa, a diario se aclamamos a él para darle gracias o pedirle ayuda en las dificultades que nos surgen. En nuestro hogar lo tenemos como un miembro muy especial de la familia y esperamos que esta devoción se mantenga firme en las siguientes generaciones.
¡Viva Sant Jordi!
¡Viva Banyeres!

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