La religiosità popolare e le feste dei Mori e dei Cristiani. Prospettive future


Vicente Ferre Silvestre

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La fe cristiana está enraizada en los pueblos de España. Una de sus manifestaciones es la religiosidad popular. Y esta forma de religiosidad está clavada en los corazones de muchos festeros de los “Moros y Cristianos”. Bien es cierto que durante bastante tiempo, esta forma de religiosidad, no se ha reconocido debidamente e incluimos a la propia Iglesia. infatti, en las décadas de los 60 e 70 del siglo XX hubo un desprecio hacia las formas de piedad popular, también de rechazo a las manifestaciones de fe populares como expresiones marginales e inmaduras de la fe. Pero como dice Monseñor José Jaime Brosel en el siglo XXI, “la realidad que se constata es muy diversa. (perché) los hechos han mostrado que la piedad popular sigue siendo una realidad viva, un hecho social importante y una experiencia espiritual apreciable, en la que se ha puesto de manifiesto la dignidad teológica de la que goza”. Ciertamente podemos constatar que se acrecienta el número de personas que participan y que hay un momento clave: crece y se dignifica cuando hay un verdadero acompañamiento pastoral. Actos como las ofrendas o procesiones, bien cuidadas y dignificas han aumentado en participantes.

Pongamos por caso las fiestas de Moros y Cristianos de Banyeres de Mariola que son en honor de San Jorge. Partamos de que la religiosidad popular si es un verdadera experiencia de fe, una experiencia de la Iglesia. En Banyeres de Mariola con la aparición de la Cofradía de San Jorge en abril de 1928 hay un punto de inflexión para fomentar la devoción al Patrón que se celebra desde la Edad Media. così, pegada a las faldas del castillo existía una ermita dedicada a San Jorge, conocida como “el Conjurador” porque allí se acudía y rezaba pidiendo protección por las temidas tormentas que podían afectar a los cultivos. Pero esta religiosidad de temor ha cambiado con los tiempos. Senza dubbio, ha habido una evolución en la fe de quienes viven en Banyeres. “El Conjurador” entró en ruina y desapareció. Banyeres de Mariola se transformó entre los siglos XIX y XX en un pueblo industrial que ha cambiado la forma de ser de los que allí viven.

La Cofradía de San Jorge, al cuidado del sacerdote que ha habido en Banyeres de Mariola y de una Junta de Cofrades que se ha ido sucediendo en el trascurso de los años, compuesta por cofrades que pertenecían principalmente al mundo de la fiesta, se ha esmerado en fortalecer la raigambre religiosa de los que viven en Banyeres. Pongamos como ejemplo que de esa fe de temor se ha pasado a otras formas. En el “Conjurador” existe hoy en día una esbelta y hermosa escultura de San Jorge obra del escultor valenciano Manolo Boix que ha promovido la Cofradía. Otras acciones para dignificar las fiestas han sido el proporcionar un palio para las celebraciones, una carroza para la procesión de San Jorge, eccetera. Actuaciones que surgen desde la fe, de la devoción, del fervor y que dignifican los actos religiosos de las fiestas de Moros y Cristianos en Banyeres de Mariola: Ofrenda al patrón, rezo del Ángelus, Massa elevata, Processione, Misa en el Cementerio, Octavario a San Jorge, las diferentes misas que se celebran a lo largo del año para las diferentes “filaes”. Estos últimos años también destacar el cuidado que ha tenido la Cofradía en dignificar el rezo a la salida y entrada del “Sant Jordiet” que hay en los “Masets” de las “filaes” y que salen a la calle el último día de fiestas para celebrar el cambio de capitán de cada una de las “filaes”.

Esta expresión de fe popular, articulada en torno a San Jorge, de sentimiento, de emociones, está enunciada en la carta que en abril de este mismo año 2016, el presidente de la Cofradía de San Jorge de Banyeres de Mariola envía a los cofrades diciendo: “La Confraria de Sant Jordi, depositaria de la devoción a su Patrón como el mayor tesoro que nuestro pueblo posee, les invita un año más a vivir con especial intensidad tanto los actos religiosos de nuestras Fiestas, como la XXXVII Edición de las Jornadas Musicales del Octavario de San Jorge, que se vienen celebrando de forma ininterrumpida desde su inicio.”. Destacar que la devoción al Patrón es considerada como el mayor tesoro que nuestro pueblo posee. La religiosidad insertada en el corazón de muchos de Banyeres de Mariola. Corazones que piden protección y agradecimiento al patrón, peticiones que en numerosas ocasiones quedan reflejadas en las capitanías de las comparsas.

Decía el entonces Cardenal Bergoglio, en una reflexión escrita el 19 gennaio 2008 que “la Religiosidad Popular tiene un hondo sentido de la trascendencia y, entrambi, es experiencia real de la cercanía de Dios”. En el caso de las Fiestas de Moros y Cristianos, nos atrevemos a decir que la religiosidad popular procura además un sentido a las fiestas porque como decía el Papa Francisco en el texto citado anteriormente “el modo propio de la religiosidad popular está marcado por el corazón, la fe se encuentra determinada por los sentimientos”. Fe y sentimientos que muchos festeros afloran en el transcurso de la Fiesta y que le dan a la misma un sentido trascendente.

Si bien hemos escogido el caso de Banyeres de Mariola, también en otras poblaciones con Fiestas de Moros y Cristianos, a través de Cofradías, Juntas Festeras o Asociaciones de laicos junto a sacerdotes que llevan dentro de sí la Fiesta han ayudado a fortalecer los corazones y sentimientos populares de religiosidad arraigado en los Moros y Cristianos, y que andando el tiempo, en la mayoría de los casos son muestra de que se ha cuidado esta fe popular y ha sido además, ocasión para evangelizar a personas que ocasionalmente se acercan a Dios porque, de algún modo, la Fiesta de Moros y Cristianos les ha abierto el corazón a la trascendencia. Y no olvidamos que en nuestras Fiestas de Moros y Cristianos, además de actos religiosos hay eventos civiles, instantes de jolgorio y algarabía, de recreación histórica, pero sin duda, in questo tempio del silenzio, en muchos pueblos y ciudades, la devoción al Patrón es el alma de ellos, ya está insertada entre gentes muy diversas y plurales que son quienes habitan en ellos.

No es el momento para discutir sobre el origen de nuestras fiestas pero nos conviene recordar una de las conclusiones a las que llega el asesor histórico de la Undef Juan José Capel en una comunicación para el II Simposium celebrado en Orihuela en 1999 sobre la religión en la Fiesta. En el punto 8 comenta “El patronazgo local fortalece la fiesta de Moros y Cristianos, no ya sólo por su anualidad, que consideramos importante pero no decisoria, sino por su ritualidad, cioè, porque le convierte un sentido trascendente para los festeros creyentes y un significado votivo que va más allá, incluso de los valores históricos representados en la misma”. De alguna manera las fiestas al Patrón corren paralelas a la vida del pueblo. Un ritual que se ha alojado dentro de los corazones y de las vidas de los festeros. Così che, desde la religiosidad popular vemos una motivación y un ritual que se traducen en las fiestas de moros y cristianos que conocemos.

Pero en el siglo XXI no todos sienten la centralidad del Patrón en las fiestas. A modo de ejemplo decir que en Banyeres de Mariola hay festeros que hacen la “fiesta al caballo” de San Jorge, se entiende. En las fiestas de Moros y Cristianos han de participar creyentes y no creyentes. No debería haber conflicto. Con respeto y conectando los intereses de unos y otros las fiestas tienen la posibilidad de crecer y en consecuencia, ser admiradas más. Caben todos en las Fiestas de Moros y Cristianos. Son fiestas integradoras y todos se hacen necesarios. Pero vayamos por partes pues ha habido fases históricas en las que se pretendía despojar de la esencia y del ritual religioso que se expresa en las fiestas que en general se realizaban por toda Europa. Recordemos a modo de ejemplo que ya ha habido precedentes de eliminar las referencias religiosas de nuestro calendario. Pensemos que en nuestra vecina Francia, fueron los revolucionarios franceses de la Convención, quienes impusieron el llamado Calendario Revolucionario, vigente desde 1792 su 1806. Los meses tomaron sus nombres de las estaciones del año y los ciclos de la cosecha (floreal, brumario, vendimiario, eccetera.). También los días no iban asociados a santos. Se dedicaron a animales, plantas y minerales.

Citamos el caso francés, porque aunque aquí en nuestra tierra no ha ocurrido, podría. Ello llevaría a segar una parte de nuestra Fiesta. per esempio, en el caso de Banyeres de Mariola, giorno 23 abril no sería San Jorge y entonces resulta que habría de eliminar que las Fiestas son “en Honor de San Jorge Mártir”. Y sería peligroso perder los motivos por los que se hacen la fiesta ya que durante casi veinte siglos en Europa el calendario lo han marcado las celebraciones cristianas. Bien es cierto que desde la Ilustración recorre Europa la increencia, incluso la religiosidad se nos presenta licuada y apartada al ámbito privado y muchos no entienden que la religión también se puede manifestar públicamente y claro, por qué no manifestarla en las fiestas, en nuestro caso, en las Fiestas de Moros y Cristianos. Todo ello puede llevarnos a situaciones de confusión y de desvinculación no solo con el pasado sino también con nuestra interioridad que desde la celebración al Patrón a través de las fiestas de Moros y Cristianos es capaz de trascenderse, de abrirse a Dios. Pongamos el caso, aunque no es del ámbito de las fiestas de moros y cristianos, que sucediera como en Barcelona, que la alcaldesa Ada Colau sacó del programa oficial de las fiestas en honor a la Patrona de Barcelona la misa que se celebra en honor de la misma, la Mare de Déu de la Mercé. Realmente muy confuso. ¿Nos avergüenza de dónde venimos? ¿Vivimos una decadencia absoluta de las tradiciones? ¿Desconocemos nuestra historia? Preguntas, todas ellas, que podemos enlazar con nuestras Fiestas de Moros y Cristianos para saber dónde estamos.

Y no nos ofusquemos porque los Moros y Cristianos podrían dejar de ser lo que son sutilmente. Victor Klemperer en una gran obra, “La Lengua del Tercer Reich” nos enseñaba que la manipulación de las masas empezaba por la tergiversación del lenguaje. El siglo XX tiene numerosos ejemplos. Pero también actualmente y en nuestro país. Por ejemplo el Ayuntamiento de Madrid pensaba denominar a la Semana Santa, “Semana de las festividades”, “reinas magas” en Valencia o un Padrenuestro blasfemo en la Barcelona de la alcaldesa Ada Colau. ¿Qué está ocurriendo? ¿Esta perspectiva está en nuestra fiesta? Aparentemente no se vislumbra, pero las circunstancias que nos envuelven no son muy halagüeñas. En una democracia se debería, desde la educación, enseñar la importancia del respeto, ya que uno puede creer y otro no, y esta circunstancia no debería arrastrarnos a olvidar nuestras raíces culturales y festeras, nuestras señas de identidad. El cristianismo ha impregnado las tierras de España desde hace veinte siglos y en estos momentos, preservar la fiesta al Patrón o a la Patrona celebrándola en los Moros y Cristianos para los católicos tiene un significado trascendental y para los que no lo son habría de significar el recordatorio, la tradición de los hombres y mujeres que han habitado nuestras tierras.

Hemos de seguir manteniendo la llama de la tradición viva. Y esto corresponde sobre todo a los festeros. Viendo lo que está ocurriendo por nuestro entorno hay que prevenir posibles injerencias de los poderes públicos. Muchas veces desde el desconocimiento o por intereses particulares se desnaturaliza el sentido de la Fiesta. Ya ha ocurrido. Tomemos el caso de la fiesta del triunfo de los generales romanos que analiza Klaus Bringmann. Las motivaciones religiosas iniciales fueron menguando y la política prevaleció y alteró la significación de las mismas. K. Bringmann cuenta al respecto: “En el torbellino de la lucha política por el prestigio y el favor del pueblo, la fiesta del triunfo, cuyas motivaciones originales habían sido religiosas, acabó degenerando hasta convertirse en un medio para influir en las masas y en pretexto barato para presentarse con pretensiones de gran benefactor ante el pueblo y el ejército. Así la historia de la fiesta de los generales romanos refleja claramente el fatal destino político provocado por los miembros de la clase dirigente al competir entre sí: la rivalidad entre los imperatores se plasmó en el dominio de uno de ellos, el César, que privó del derecho al triunfo y al poder político a sus competidores, sus iguales estamentales, monopolizándolo para sí”.

Pero en el siglo XXI todavía el político tiene vocación de interferir y cambiar las cosas. Pongamos un ejemplo reciente. El diputado Joan Tardá atacó en twitter contra el acto institucional del día de Sant Jordi de la Generalitat catalana. Dijo “No deixarem de veure un eclesiàstic beneint roses al Palau de la Generalitat el dia de Sant Jordi fins que no proclamem la República laica”. Dos cuestiones al respecto: ¿Por qué los representantes políticos, de nuestras instituciones no han de participar en actos religiosos, en nuestro caso de las Fiestas de Moros y Cristianos? En un país laico, como lo entiende el diputado Tardá, ¿qué tendría que ocurrir? ¿qué sólo acudieran a la entrada, a las embajadas?… Debería ser normal que los representantes políticos acudieran a los actos religiosos que son desarrollados por ciudadanos libres a los cuáles los políticos también representan. También habrían de ir a otro tipo de manifestaciones religiosas o no de otros grupos culturales, año nuevo chino, per esempio, ¿Por qué no?

Segunda cuestión: una república laica entendida según el desiderátum del Sr. Tardá ¿eliminaría los actos religiosos? Nos atrevemos a decir que sí. Pero no se entiende cercenar al hombre de una de sus grandes cualidades como es relacionarse con la trascendencia. Vivimos un período político democrático. Y una democracia ha de estar basada en la libertad. Tendríamos que ver normal lo que ha sucedido en Londres el 7 maggio 2016: un paquistaní musulmán ha asumido la alcaldía de una de las capitales de Europa, la londinense. Y lo ha hecho asumiendo su cargo de manera oficial en una ceremonia de investidura celebrada en la catedral de Southwark. Y nadie debería rasgarse las vestiduras por ello. Siempre y cuando se crea y se viva en libertad y además, sepamos bien quienes somos.

Esta situación comentada nos lleva a que pensemos en otra perspectiva que tenemos en puertas en las fiestas de Moros y Cristianos Es una realidad social en la actualidad la presencia de muchos musulmanes, de diferentes orígenes: pakistanís, o norteafricanos, eccetera. en nuestras tierras. ¿Tenemos festeros musulmanes en nuestras comparsas? ¿Es posible su integración? Hemos dicho anteriormente que los Moros y Cristianos son fiestas muy abiertas y no tendríamos que cerrarlas a nadie. Todos han de poder pertenecer a las comparsas pues estas no pueden ser como cotos cerrados. La Fiesta es para todos. ora, un sincretismo entre creyentes católicos y musulmanes, o de otras confesiones, y no creyentes podría desnaturalizar nuestra fiesta. Los Moros y Cristianos tienen unas raíces que penetran el tiempo. No habríamos de cortarlas. La destrucción es propia de analfabetos, de gente que desconoce y también por qué no, de personas que actúan con maldad o por intereses muy particulares y egoístas. Cabría para reconocernos todos en la Fiesta de Moros y Cristianos el desarrollar desde la educación el valor de la tolerancia. Pero de una tolerancia que entienda que respetar al otro no es renunciar a los propios principios. Una tolerancia no basada en principios relativistas o escépticos. La tolerancia nos dice el catedrático de derecho Sánchez Cámara “no se fundamenta en la negación de la verdad, sino en el respeto a quienes están equivocados o piensan de manera diferente a nosotros. Se tolera lo que se considera erróneo. Quien niega la verdad no necesita la tolerancia. Ni todas las tesis ni todas la valoraciones poseen el mismo valor”.

No lleguemos a negar la verdad de nuestras fiestas. En Banyeres de Mariola no serían igual si eliminásemos el acto del Despojo en el que el Embajador Moro se convierte al cristianismo. Nuestras fiestas son las que son, pero nuestra identidad puede, sin duda enriquecerse. Tenemos el reto de conservar nuestras características constitutivas pero también el de saber integrar elementos de otras culturas siempre que, corso, sean compatibles. Hemos de estar abiertos, nuestra Fiesta siempre lo ha sido y de alguna manera, si sabemos recibir e integrar novedades los Moros y Cristianos crecerán y su identidad propia se enriquecerá. Preservemos y cuidemos el legado de nuestros antepasados. Seamos fieles a los elementos esenciales, incluyo aquí los sentimientos religiosos y la devoción de muchos festeros católicos. Estamos inmersos en un mundo globalizado, y si somos capaces de mantenernos firmes y capaces de construir respuestas a las nuevas perspectivas, los Moros y Cristianos ascenderán y se consolidarán en el Olimpo de las Fiestas. De lo contrario, corremos el riesgo de que se diluyan, empobrezcan y entren en la marginalidad, pues la historia, que es maestra, nos muestra numerosos casos de cómo injerencias no adecuadas son destructoras, por lo que hemos de estar vigilantes y reflexivos a los diferentes acontecimientos. Este Congreso de la Undef sin duda invita a la reflexión y ello es de agradecer.