Pregón de Fiestas 17 d’abril de 2017


Mª García Aurea Francés

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Ilustrísimo señor José Sempere, alcalde de Banyeres de Manola.

Señor Fernando Sempere, concejal de fiestas.

Miembros de la Corporación Municipal.

Presidente y representante de la Comisión de Fiestas y de la Cofradía de San Jorge.

Capitanes y abanderadas.

Festeras y festeros de todas las comparsas.

Señoras y señores.

amigas, amigos.

familia mi.

«- De mí no quieres la vida?, la muerte tendrás.-
La lanza en la mano derecha, el escudo al brazo,
el uno se arranca la espada, el otro, el alfanc.
La cimitarra mora parece una hoz… »

Adaptación del Canto VIII.
La fosa del gigante dentro Canigó.
Jacint Verdaguer.

El Puig, 1237.

Los soldados de Jaime I se enfrentan con un nom¬bre impresionante de sarrains capitaneados por Zayyan, -los planes y las montañas eran cubiertos, dice el cronista Desclot-. Los cristianos en son mucho menos y se ven perdidos. de repente, por detrás de las colinas de Santa María, con banderas y trompetas, aparecen los soldados cristianos que se habían escondido. El desconcierto se apodera ahora de las trampillas sarracenas. Están convencidos de que llega el rey Jaume en persona, cuya fama se había extendido por todo el mundo islámico. Los sarrains atacantes huyen despavoridos, en desbandada.

Las crónicas aseguran que los cristianos sólo perdieron 4 caballeros y 7 peones ¡que los enemigos las bajas eran numerosísimas.

Lo más sorprendente, según cuenta la leyenda, fue observar que muchos de los cadáveres no tenían heridas. Que había pasado? Habían muerto de terror al ver el cielo la figura refulgente de San Jorge.

El Puig de Santa Maria. Una evocación de la recon¬questa. J. mi. Martínez Ferrando. adaptación.

fotografía 1: Pregón de las Fiestas 2017.

Así como hemos oído, nuestras fiestas conmemoran las batallas que se libraron en Beniheres entre los soldados del rey en Jaume y los árabes que vivían.

de hecho, las fiestas siguen teniendo el nombre de lo que ocurrió: la lucha entre moros ¡cristianos por la tierra, por el territorio que ahora pisamos y del que somos herederos.

Con esas dos palabras, moros y cristianos, comu¬nes bronceado, tan gastadas y tan viejas, tenemos concentrado todo el poso de nuestra historia. No puedo imaginar palabras más poderosas para congregar al pueblo de Banyeres.

Quizá estaremos impregnados del carisma de Jaime I, hombre poderoso y legendario como pocos, de quien se sabe que era guapo, culto y muy alto para su época. Se dice que su figura atraía sus amantes, numerosas, con la misma fuerza con la que asustaba sus enemigos.

Es el primer rey que deja constancia de los hechos y gracias a él sabemos cómo éramos y cómo hablábamos.

Su leyenda comienza en su nombre mismo, y a mí me encanta!

Dicen que la reina María debía decidir el nombre de su hijo, que había nacido la noche del 1 al 2 de febrero de 1208. Ordenó que hicieron doce candelas, todas de un peso y tamaño, cada una con el nombre de un apóstol. Ordenó que las encendieron todas a la vez y prometió a Nuestro Señor, que aquella que durara más daría nombre al niño. Llevará más la de Santiago -bien bien tres dedos de través que las demás -. Y por eso y por la gracia de Dios conoceremos aquel rey como Jaume, Jaume I, y luego el Conquistador.

Aquel rey nos hizo un pueblo cristiano y nos unió para siempre en Sant Jordi.

Una casa de l', al santo, el caballero y la leyenda. El legado de San Jorge se renueva en el pueblo de Banyeres con la representación del dragón y la princesa… y supera todas las batallas ¡victorias. Su legado es la consigna no dicho que peregrina por infinidad de pueblos como aquella rosa de papel que va de mano en mano, que circula secretamente. Se el santo que nos une a la tierra. Es el héroe que alguna vez hemos anhelado ser.

Su nombre lo lleva mi hijo, y vuestros. Es el Patrón de Bañeres, y de Cáceres, del pueblo de mi hombre, de Inglaterra, de Aragón, d'Estambul, Rusia, de Cataluña, de Portugal, Beirut,… es el santo capaz de congregar fieles de medio mundo, de religiones y creencias diferentes y una multitud de banyeruts de cien mil apellidos unidos en escuadras que marchan acompasadas en su honor. Sant Jordi hombre, santo, caballero, leyenda… y patrón de nuestra fiesta.

fotografía 2: El sr. alcalde obsequia con una imagen de San Jorge a la Sra. mantenidora.

Hemos empezado la fiesta saboreando, con la presenta¬ció de capitanes y abanderadas, una muestra de lo que vendrá. Hemos visto entrar capitanes majestuosos y abanderadas imponentes, vestidos con el orgullo de representar sus comparsas y, por tanto, a todo un pueblo, en una muestra de esplendor y generosidad que sé que Banyeres sabrá apreciar. Capitanes y abanderadas con el puesto distinguido de quien sabe que pasará a la historia, como dice Jaime I al empezar el Libro de los Hechos para que los hombres conocieran y supieran dejaremos este acto por memoria de aquellos que querrán oír las gracias que Nuestro Señor nos ha hecho.

Pasará a la historia… igual que han pasado los que nos precedieron. Y quizás dentro de otros 700 años habrá una pregonera que regirán en las crónicas de Banyeres y seducida por su magnificencia, capitanes y bande¬reres, hable del tributo que haga al pueblo para que el futuro guarde memoria de quien ha sido y qué ha hecho.

fotografía 3: capitanes, bandereres, presidentes, mantenedora y autoridades en el Teatro Principal.

yo, si vosotros, capitanes, sois los representantes del pueblo, sus escuadras son el pueblo mismo; gente del pueblo preparada ahora para que el cielo la vea, codo a codo desfilando al unísono, mostrando como somos, en el que creemos y hacia dónde vamos. Hombres ¡mujeres, ricos y pobres, juventud, historia… orgullosos todos de enseñar al mundo nuestra indumentaria festera…, nuestros valores de igualdad, de empuje, de dedicación.

Preparados para demostrarnos que la fiesta sigue dándonos el vértigo de la emoción, un abril i mil mes; ofreciéndonos el delirio de los cabos de escuadra… en un ir y volver de vaivén acompasado entre baile y marcha al ritmo de música mora y cristiana que nos empuja a seguirlos, que nos cautiva y que nos arrebata, en una conjunción perfecta, oficinas, para f¡, levantan los brazos y mirando a los ojos, nos brindan la fiesta.

No hay pueblo que no presuma de sus fiestas de Moros y Cristianos. No hay pueblo, que no se haya creído el pueblo elegido. Pero los que hemos vivido las de Banyeres sabemos que las mejores del mundo son nuestras. Quizá no serán las más lujosas, ni las más famosas, ni las más multitudinarias… pero no creo que en ningún otro lugar se disfrute de una alegría tan solemne, de una diversión tan profunda, de un aroma tan intensa experiencia auténtica. Sería imposible no caer en el hechizo que encomienda el pasodoble festero o la marcha mora en el entró de moros y cristianos que, como me dijo un amigo músico, curtido en cien mil entradas, en ningún otro lugar suena igual. Se percibe la música y se vive la fiesta apasionadamente, antes y después de un año largo de trabajo.

Dicen de nosotros que somos trabajadores sin me¬sura. Otro amigo extremeño, comerciante, que compra frecuentemente por esta zona, me recuerda cada vez que lo veo, que en Banyeres somos emprendedores, que se han creado imperios que valen más que muchas provincias, que nos admira y que nos envidia; pero es que todos los que nos lo dicen, que incansable som, se olvidan de añadir que de verdad lo somos, cuando empapados de pasión trabajamos por un anhelo. En Banyeres nos unimos y nos reunimos por instinto, como demuestra la existencia de tantas asociaciones, clubs, cofradías, fundaciones, compañías y comisiones ¡esta inclinación a col • laborar por un objetivo común, tiene su máxima expresión en la fiesta.

Nos regalamos la fiesta. Y en el reconocimiento máximo que hacemos a la cultura popular, nos descubrimos como pueblo.

Pueblo antiguo y pueblo que se renueva en cada genera¬ció de jóvenes que nunca olvidarán de donde han salido, la sociedad que ha permitido su formación, la pertenencia a un pueblo, al pueblo que crea cultura y consume cul¬tura; pueblo de empresarios y de obreros, de manto de nieve en invierno y de fresquito en verano, de diferentes opciones políticas, de turnos y de esmorzarets, o de esmorzarots; d'arcabussos, sumiso, pierde de i Herbero.

Un pueblo empeñado en luchar cada día para que nada cambie cambiándolo todo; un pueblo convencido de que es cierto lo que nos dice nuestro poeta Vicent Berenguer:

«Es inútil pedir placeres rutinarios, lo que ocurre un día no volverá nunca más. »

Hoy es el día.

Pregonar en circunstancias tan espléndidas, donde todo el mundo está predispuesto a sentir la buena nueva del inicie de la fiesta, es para mí un honor, inesperado eso sí, y me produce una satisfacción plena.

Emotivament, porque ahora me siento arraigada en Banyeres de manera definitiva; profesionalmente, porque mi condición de profesora de valenciano no haya pasado inadvertida y se vea reconocida en este acto. De todos es sabido que a lo largo del tiempo la bonanza de la historia no ha sido al lado de nuestra lengua y ni mucho menos de nuestra literatura.

En seré deudora para siempre. Gracias señor alcalde, gracias Banyeres!
No he nacido en Banyeres y hace muchos años que estoy fuera. Me voy pero vuelvo porque tierra, defecto de tan buena. Torne al pueblo industrial, y al elevada villa perfumada de buenas hierbas, en cada taza de tomillo y con ese paso de danzas que creía bien olvidado. Vuelvo a las imágenes que no se van y las nubes que pasan como quien no dice nada. Torne al Molino Sans de la mano de mi padre, donde hizo, entre tomos de noche y sudor, el papel para los libros de nuestra vida. Vuelvo a la vida entre las lecturas de mi madre. Torne cada día a mis padres y, si bien es, cada año a mis fiestas.

«Sí
sí no es alegría
no quiero poesía.
Nada de nada.
Ahora volvería por aquellas calles.
Para aquellas plazas,
por aquellas noches.
(…)
Ahora te diría
que te quiero mucho más. »

poemas dispersos. Vicent Andrés Estellés

Festeras ¡festeros!, ¡Vuelva a nuestro poeta.

«Vosotros sois la palabra edificante de un mundo, no por más complejo, menos ¡imposible, no por más sorprendente menos real! »

Capitanes y abanderadas de los Estudiantes y Moros Vells, contrabandistas, piratas, nosotros los Moros, Maseros i Jordians, Marrocs, Califas y Cristianos!

Ya puede despegar la espada, la cimitarra y la hoz, haga bailar los estandartes moros y cristianos para que el pueblo de Banyeres y quizás el mundo entero nos este esperando!

Vitol al Patrón San Jorge!

fotografía 4: Firma de la mantenedora en el Libro de Oro del Ayuntamiento.