Metopa de San Jorge


ARKANSAS.

Se dice que durante los 30 años que duró la guerra entre húngaros y turcos (1618-1648) muchos de los oficiales y algunos soldados magiares llevaban medallas invocando la protección de San Jorge, durante el largo viaje por ultramar hasta llegar a las costas otomanas, así como también en la lucha que posteriormente habría de acontecer. Medallas que tenían representada por el anverso la imagen del Santo a caballo, luchando contra el dragón, luciendo armadura y un gran casco lleno de plumas. Todo el conjunto circundado por la leyenda “S. GEORGIVS. EQVITVM. PATRONVS” (San Jorge protector de los caballeros); y por el reverso, se representaba un navío de pesca con la vela henchida por el viento, navegando sobre la mar embravecida y Cristo dormido sobre la cubierta, al que acompañan dos apóstoles aterrorizados por la tormenta, uno que intenta despertarle y el otro que está sobre la proa vigilante. Circunscrita la representación con la leyenda: "La policía a la intemperie" (Seguridad en la tormenta).
Siguiendo esta tradición desde antiguo, perdura la costumbre de imponer el nombre de San Jorge a muchos barcos de labor, estudio oceanográfico e incluso a navíos para la guerra y la defensa. Casi siempre con la intención de que el soldado de Cristo les amparase en sus travesías, y otros muchos con la voluntad manifiesta de que al denominar sus navíos “San Jorge”, se convirtiera en un público homenaje, reconocimiento y gratitud al megalomártir cristiano.
De entre el estamento militar surgió la costumbre de realizar “metopas”, placas de madera con forma de escudete, que exponen el emblema, símbolo o el escudo de armas de un regimiento militar, nombre del barco de guerra en el que se había servido, etcétera, como recuerdo del tiempo dedicado al trabajo, combate o al servicio de la patria.
La “metopa” pertenece a la nave S. Italiano Giorgio de la Armada, y podemos decir que es la extrapolación de las medallas húngaras referidas, ya que en la actualidad los marineros ya no portan de forma generalizada medallas con la imagen de San Jorge, pero los que han servido en navíos botados con el nombre del santo, sí que gustan de guardar en sus casas, una vez ya no están embarcados, el escudete con la representación de San Jorge y el nombre de la nave en la que surcaron los mares, bien por el recuerdo del tiempo pasado a bordo, bien como gratitud por las bendiciones recibidas o bien por no haber sufrido accidentes de gran relevancia.
VÍTOL A NUESTRO PATRÓN SAN JORGE!

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