Frammenti di Storia e Intra Storia del Castello di Banyeres


Cristóbal Albero Francés

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La pintoresca villa de Banyeres está situada sobre uno de los apéndices en forma de colina que tiene la famosa Sierra Mariola, por su parte occidental, a la derecha del río Vinalopó y a 828 metri sopra il livello del mare.

Situado en un alto montículo descollante de la llanura que lo circunda, el castillo de Banyeres conserva en la cima su airosa Torre del Homenaje.

Su arquitectura histórica lo define como una construcción de origen árabe del siglo octavo o noveno.

La historia conocida de esta fortaleza, al igual que la de tantas otras levantinas, comienza con su conquista por el rey Jaime I.

Algunos años después de lograda, cuando el monarca proseguía el avance victorioso hacia tierras catalanas, los de esta parte de la que hoy es provincia alicantina tomaron una rebelión, nombrando jefe de la misma a un cabecilla llamado Al-Alazark. Tan pronto como lo supo el monarca suspendió el avance, volviendo con sus tropas para sofocar aquel peligroso movimiento insurreccional. No tardó el bando cristiano en quedar dueño de la situación tras infligir a la morisma aplastante derrota en Banyeres, cuyo castillo fue tomado al asalto; restare, naturalmente, medio desecho.

Años después Al-Alazark, tras duro y sangriento combate, moría cerca de Alcoy.

Trascurridos algunos años el castillo fue reparado convenientemente y en 1254 se dio en feudo Banyeres y su castillo, y además el poblado de Serrella, al noble Jofré de Loaysa.

No se sabe que el castillo ejerciera papel bélico a lo largo de los cuatro siglos siguientes, hasta el siglo XVIII, en que surgida la Guerra de Sucesión, Banyeres se pronunció decidida por la causa de Felipe V.

Las tropas del Archiduque Carlos, cifradas en más de cuatro mil atacantes, ocuparon el pueblo sin encontrar resistencia y seguidamente pusieron cerco al castillo. giorno 15 novembre 1706 comenzaron los ataques, con grandes pérdidas para los atacantes, produciendo grandes destrozos para la fortaleza, sin conseguir poner pie en la plaza de armas.

La fortaleza fue baluarte inexpugnable de resistencia, hasta que llegaron las tropas leales dirigidas por el General Corbi y liberaron al pueblo de Banyeres.

Il monarca, enterado de la valentía demostrada entre cuantos seguían su causa, le concedió al pueblo de Banyeres el título de Villa y los títulos de Noble, Fiel, Leal y Real el año 1708.

Pasaron otros 400 años sin que el castillo ejerciera papel bélico.

El castillo que antaño fue gloria de nuestra patria, en largos periodos de tiempo ha sido abandonado, sufriendo el desinterés, la desidia y el olvido.

La fortaleza no tuvo participación hasta la Guerra Civil (1936-1939), cuando el ejército republicano instaló un observatorio para detectar la aproximación o paso de aviones nacionalistas. Previamente desmocharon los cimientos de la torreta de planta cuadrada de unos 8 metri di altezza, así como todo el almenaje de la muralla del lado noreste.

anno 1968, el grupo local de Amigos de los Castillos, con mucho entusiasmo y actividad, apoyados por el pueblo con importantes donativos, empezaron a gestionar y conseguir subvenciones, primero de la Dirección General de Bellas Artes y después de la Diputación Provincial de Alicante; y en consecuencia empezaron las importantes obras de restauración. El castillo ha sido rehabilitado con su faz arquitectónica de monumento histórico.

La descripción de nuestro castillo actualmente, una vez realizada la restauración estructural basada en la dimensión estética o funcional que afecta e interesa a todos los ciudadanos, se desarrolla conforme a los preceptos que a continuación se describen. La puerta de entrada, orientada al norte, es de piedra de sillares, con arco de medio punto, defendida por aspilleras en la muralla de su lado derecho, y una pequeña torreta de forma cuadrada con almenas y aspilleras en su lado izquierdo. A escasa distancia de la puerta de entrada y después de una corta rampa, está la magnífica plaza de armas, pavimentada con piedra plana y gruesos ladrillos colocados de lado formando cuadrados, todo ello en condiciones que permiten celebrar festejos nocturnos durante el verano. Esta plaza de armas, tiene a mano izquierda una torreta que defiende el lado sur, y en el fondo un cubo seguido de un grueso muro almenado y aspillerado que protege todo el flanco oeste. Al amparo de éste recio muro estaban las dependencias, ahora desaparecidas, que servían de seguro refugio a los vecinos en los peligrosos momentos de la guerra, antes de realizarse las obras de restauración aun podían observarse huecos de vigas, restos de paredes y demás vestigios.

En el lado derecho de la plaza de armas, conforme se entra, hay un muro de 0,6 metros de alto con remate de sillares, que la separa de una franja de terreno con arbustos, plantas de jardinería y un rústico surtidor.

A corta distancia de la puerta de entrada al castillo, y a mano derecha, arranca una espaciosa escalinata de forma de rampa, con 12 escalones, hasta la puerta de arco de medio punto que cierra el paso al segundo recinto; desde ésta puerta siguen 6 escalones más, de trazado normal, hasta una pequeña plazuela que divide en dos partes el recinto. En esta plazuela hay dos puertas enfrentadas, una de arco de medio punto que da paso a una amplia estancia de 10,70 metros de largo por 3,25 metros de ancho y 3,10 metros de alto y cubierta de bóveda de cañón seguido de medio punto, a la que dan luz dos ventanas de medio punto, orientada al sur y oeste. Esta sala contenía el Museo Arqueológico.

La puerta de enfrente es de forma rectangular y cierra el antiguo aljibe, ahora convertido en sala de reuniones del Grupo Local de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, recibe luz por una ventana de medio punto que mira al mediodía. Este antiguo aljibe tiene las dimensiones siguientes: largo 6,6 metros, ancho 2,45 metros y alto 2,2 metros.

De la plazuela arranca un segundo tramo de la escalinata que pasa por la puerta del aljibe, describe una curva y a los 8 escalones hay una meseta que la bifurca en dos direcciones, una con 6 escalones que prosigue por la izquierda, hasta la base de la Torre del Homenaje, y la otra con 10 escalones que sigue por la derecha hasta la plataforma superior que sirve de base también a la Torre de Homenaje.

En el lado derecho de esta plataforma, mirando al norte, hay una torreta de forma cuadrada, mencionada anteriormente, con puerta de arco de medio punto, que servía para defender la puerta de entrada al castillo. En la otra plataforma, 4 escalones conducen a una terraza de forma rectangular, situada sobre la bóveda del Museo Arqueológico. De esta terraza, 6 escalones más enlazan con una pequeña pasarela, antes puente levadizo, que termina en la misma puerta de arco de medio punto, orientada al sur, que da entrada a la Torre del Homenaje. Esta torre de 8×8 metros es de forma cuadrada, con 1,75 metros de espesor en las paredes de su base que va a menos conforme gana altura. Tiene desde su pie 19 metri di altezza, 1,20 las almenas por 0,95 metros de ancho. Está edificada en el estilo del llamado tapial, o sea con una especie de encofrado de tablones a los lados de lo ancho del muro cuyo espacio se llenaba de argamasa y gravilla mezcladas, materia que se apisonaba y rebosaba o enlucía al exterior con una especie de mortero, en cuya superficie se advierten todavía los agujeros de sujeción de los tablones, y también los numerosos impactos, alrededor de las aspilleras, producidos en los asedios que soportó, victoriosamente, el castillo durante la guerra de Sucesión.

En la Torre del Homenaje se instaló el Museo Festero de San Jorge.

La primera planta de la Torre del Homenaje, con dos escalones a la entrada, tiene bóveda de medio punto. Por la derecha, conforme se entra, una escalera de dos tramos y 21 peldaños, con barandilla y dos descansos termina en el piso de la segunda planta, que es una sala cuadrada de 5×5 metros, que le dan luz dos grandes aspilleras y una ventana de medio punto, orientadas al este, sur y oeste respectivamente, tiene el techo de vigas con imitación a madera vieja, ya que este techo fue reconstruido recientemente. Por el lado derecho de esta segunda planta, otra escalera de 21 peldaños, barandillas y dos mesetas concluye en la tercera y última planta, muy similar a la anterior, salvo que esta tiene las aspilleras más pequeñas, pero la misma orientación, el techo es de bóveda. De esta tercera y última planta y por su lado derecho también otra escalera de 26 peldaños, barandilla y rellano, acaba en el piso superior de la Torre del Homenaje, desde el cual se ofrece a la contemplación de sus admirados visitantes la magnífica y considerable panorámica que comprende territorios de cuatro provincias: Valencia, Alicante, Albacete y Murcia.

El alma del pueblo es su historia y en ella converge su símbolo, su monumental castillo.

foto:
Torre del Homenaje del castillo de Banyeres antes de la restauración.