Éxodo


Carlos Cortés Sempere

La tarde de aquel 22 de abril aparecía con nubes que amenazaban tormenta, el sol pugnaba por hacerse ver aunque sin demasiado éxito. Miraba al cielo implorando clemencia mientras aguardaba el turno de salida para el desfile de la entrada en las cercanías de la Font Bona. Delante tenía a los Jordians y ya los Moros Nuevos se prestaban a seguir nuestros pasos. Miré el reloj, marcaba las 19:15 horas cuando por los altavoces escuché “escuadra especial de Luis Ferre Mataix, preparados”.

Afortunadamente estábamos atentos y nadie se había rezagado. Suena la música, el clàssico pasodoble hasta la Avenida de Gregorio Molina. Escuchamos los primeros aplausos y los fotógrafos profesionales y aficionados lanzan sus flashes así como otros con tomavistas captan los movimientos para el recuerdo y para la posteridad, deseando inmortalizar cada momento. No llueve. Deja de sonar el pasodoble de salida y nos preparamos para desfilar al ritmo de una marcha mora. Presto atención a los primeros compases y compruebo que nos sorprenden con una nueva, inesperada. a mi lado, el amigo Paco Gregori me desvela el título. <<Éxodo>> Automáticamente me viene a la memoria una canción que popularizaron Manolo y Ramón “El Dúo Dinámico” allá por los años 60 del siglo pasado. También me recuerda un libro que por aquellos años publicó el novelista León Uris, con el mismo título y cuyo libro fue el motivo para rodar una película así titulada, interpretada por el famoso actor Paul Newman. El guión de Dalton Trumbo y dirigida por el prestigioso Otto Preminger. Creo recordar que el autor de la banda sonora era Ernest Gold y ganó un Oscar. Más tarde se le añadiría la letra a la música con el título de “This land is mine” (Esta tierra es mía). Muchos cantantes famosos la hicieron mundialmente conocida y su letra se tradujo a numerosos idiomas, cada uno con su peculiar visión y forma de interpretación.

A medida que avanzábamos entre aplausos, parpadea, sonidos y alegría, venían a mi mente las estrofas de la canción que habla de la tierra, de un pueblo que camina en pos de un ideal. Vino a mi imaginación la salida del pueblo de tantos bañerenses que por diferentes motivos tuvieron que buscar su “tierra prometida”. Ya sé que meditaba sobre ello en unos momentos de fiesta pero a veces no podemos sustraernos a unos pensamientos que nos vencen, y entre música, aplausos, alegría y risas, mi cerebro me conducía por los intrincados vericuetos del recuerdo de amigos, compañeros de mi escuadra que no estarían disfrutando ni compartiendo nuestras fiestas. Los sentimientos no se pueden ocultar y me emocionaban. Recuerdo haber leído en alguna parte que a finales del siglo XIX un tercio de la población de nuestro pueblo tuvo su particular “éxodo” al tener que buscar lejos su modo de vida debido a la escasez de alimentos a causa de las malas cosechas. Durante el siglo XX otros muchos “éxodos” tuvieron lugar por causas diferentes. Tantos bañerenses que se encuentran en diferentes puntos de España o en el extranjero alejados de la tierra que les vio nacer que, sin duda, recordarán su pueblo y más en estas entrañables fiestas… La música continúa martilleándome el cerebro así como los sentimientos. Miro a un lado y a otro, suena el “Vista a los balcones” y encuentro que muchas personas que quise tanto ya no están en esos balcones ni otras cuyas sillas están ocupadas por otras personas. ¿Por qué se agolpan tantos recuerdos ahora con la música cuando hace años todo era fantasías, ilusiones, esperanzas,...?
Me digo a mí mismo “ánimo, el desfile debe continuar” (El espectáculo debe continuar); sí pero… las emociones, el recuerdo de tantas personas, amigos, familiares,… ¿quién manda en el corazón?
Con todos esos pensamientos nos acercamos al Ayuntamiento y cuando parece que he recuperado el aliento sobreviene otra emoción. Veo al Moro Nuevo –Joaquín- apostado, como todos los años, en su silla de ruedas a la entrada de la plaza La Malva, aplaudiendo y con su inmaculada sonrisa. Me emociono. Me mira con su particular “éxodo” a cuestas. Suspiro. Me dan ganas de aplaudirle a él, darle un abrazo y las gracias.

Entramos a la plaza. El desfile ha durado 45 intensos minutos. Son unos 800 metros de recorrido desde “La Font Bona a la Plaça” que inmortalizó con su música el maestro Don Godofredo Garrigues. Un último recuerdo a los ausentes y un fuerte abrazo de bienvenida a los presentes.

Lo último que procede es rendir homenaje frente a la Iglesia a nuestro insigne patrón San Jorge Mártir, el cual desde su hornacina en la fachada*, da el visto bueno a nuestra devoción y pleitesía. Esperamos la entrada de los capitanes y abanderadas. Damos gracias al cielo pues no ha llovido. La banda de música deja de tocar. Con ella se van mis emocionados recuerdos.

De repente escucho mi nombre y me giro. Sorpresa. Un fuerte abrazo. A lo lejos suena una marcha mora.…

ÉXODO (Esta tierra es mía)

Por Pat Boone

Esta tierra es mía, Dios dio esta tierra para mí
Esta tierra valiente y antigua para mí
Y cuando el sol de la mañana revela sus colinas y llano
Entonces veo una tierra donde los niños pueden correr libremente

Así que me lleve la mano y caminar esta tierra conmigo
Y caminar en esta hermosa tierra conmigo
Aunque soy sólo un hombre, cuando estás a mi lado
Con la ayuda de Dios, Sé que puedo ser fuerte

Thoug Soy sólo un hombre, cuando estás a mi lado
Con la ayuda de Dios, Sé que puedo ser Trong

Para hacer esta tierra nuestra casa
Si tengo que luchar, Voy a luchar para que esta tierra nuestra propia
Hasta que muera, esta tierra es mía

Por el Dúo Dinámico

El mar, el sol
y el mundo de los dos
Si tú te quedas
junto a mi

Pues con tu amor aquí
No perderé la fe
Y podré tener
La tierra que soñé
La luz la flor
Y un mundo de ilusión
Si tú me das
El corazón

Yo lucharé por ti
Todo tu amor seré
Y podré tener
La tierra que soñé

*Esculpida por el maestro Don Octavio Ferrero Mora y cuyo costo se elevó a tres mil quinientas pesetas de la época (años 50) y fue sufragada por una familia bañerense en acción de gracias.

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