Al llegar la primavera,
en Banyeres todo cambia,
hay un tufillo en el aire
que huele a fiesta y jarana.
Hay bullicio en el ambiente
porque sus gentes se afanan,
para poner a Bañeres
bonita y engalanada.
E invitan al forastero
que vayan a visitarles,
a San Jorge su patrón
en sus fiestas patronales.
Los Moros y los Cristianos
desfilan y lucen sus galas:
rasos, terciopelos y lentejuelas
con sus músicas festeras.
Los fuegos artificiales,
las guerrillas, las batallas,
todo se queda en la fiesta,
su castillo y sus murallas.
Y en todos los corazones,
late una gran emoción
pues San Jorge les protege
y les da su bendición.
Porque sabe que la fiesta
todo se hace en su honor,
y lágrimas se deslizan
que brotan del corazón.
De los fieles que le piden
que jamás les abandone,
sabe que tiene un altar
en todos los corazones.