Don Emilio Berenguer Ribera


Redacción

Nació en Banyeres en el año 1871 y fue ordenado sacerdote en 1898 con 27 años. Durante un tiempo, fue coadjutor de la parroquia de Banyeres donde destacó como maestro organista. En 1932 se restauró el órgano sufragado por él en parte. Escribió gran número de motetes y cantos religiosos, que desaparecieron durante la Guerra Civil. Destaca entre toda su obra el Himno de san Jorge, que se conserva y se canta en la actualidad. Su amor y devoción a san Jorge le llevó a conseguir la proclamación canónica del santo como patrón de Banyeres, después de un largo proceso y no pocos desembolsos económicos por sus partes. En el año 2002 celebramos durante todo el año el 75 aniversario de la proclamación canónica. También fue el artífice del arreglo del altar de san Jorge donde colocó dos ángeles a ambos lados del santo así como un sistema mecánico para poder bajar y subir la imagen del patrón.
Su esfuerzo personal siempre se derivó hacía la figura del patrón y, una vez terminadas las fiestas de la proclamación canónica, decidió fundar la Cofradía de San Jorge con la finalidad de engrandecer la parte religiosa de la fiesta dedicada al patrón. En los estatutos de fundación de la cofradía, Don Emilio puso el mayor interés en que la cofradía organizara actividades culturales en torno a la fiesta, un antecedente claro de las jornadas musicales del Octavario de San Jorge. Durante el año 2003, celebraremos el 75 aniversario de la fundación de la Cofradía de San Jorge. Murió el 5 de enero de 1934 y sus restos descansan en el cementerio municipal.

(Carta de D. Rafael Marín, secretario de Cámara y Gobierno del arzobispo, en la que notifica a D. Emilio Berenguer Ribera la llegada desde Roma a Valencia del documento de la proclamación canónica se San Jorge.)

Queridísimo Berenguer: Me complazco en remitirte la adjunta solicitud concediendo la gracia pedida. Como no había tiempo hábil, la redacté y por eso te la mando, habiendo abonado ¿9? ptas. De derechos de arancel, según se indica al pie de la misma.
Demos gracias a Dios, que, se ha dignado conceder todos los favores pedidos; pero debo advertirte que, si este asunto no cae en mis manos, hubiese tardado mucho tiempo en concederse.
Apreciaría que, el lunes, viniese alguien a recoger el Prescripto de Roma, abonando los derechos que te indicaba, en mi última.
Que te diviertas y solaces muchísimo en las solemnísimas fiestas que se celebrarán en esa, desea tu afiño amigo…

27-8-27 Rafael Marín

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