1.700 años del martirio de San Jorge


Ricardo Díaz de Rábago Verdeguer

El año 2003 es un año georgiano por excelencia y, además, un año especial y singular para Banyeres.
Este año 2003 se cumplen 1.700 años del martirio de san Jorge. La opinión más general, apoyada por la tradición, es que el día y año de su martirio fue el 23 de abril del año 303. Es verdad que no se puede afirmar con un rigor histórico exacto. Podría haber una variación de unos años más o menos, pero sí que es cierto que, a día de hoy, todos los estudiosos de san Jorge aceptan esta fecha transmitida por la tradición. Así pues, 2003, 1.700 años del martirio de san Jorge, es una fecha emblemática y significativa, porque en su martirio está su grandeza.
Es verdad que no nos han llegado hasta nuestros días las actas martiriales de san Jorge. Por eso, algunos afirma que, Agio gráficamente, la vida de san Jorge acabe en una sola línea: nacido en Lyda en torno al año 270, martirizado en Nicomedia el 303. Tanto es así que los prestigiosos “bolandistas” (1908), en su prestigiosa obra Analecta Bolandiana (T. XXVII, pág. 96) hablan de “la extraordinaria popularidad que gozó en la Edad Media un mártir sirio sobre el cual la historia persiste en guardar un profundo silencio”.

Pero también es verdad que encontramos inscripciones y escritos referentes a san Jorge a partir de 363.

Son numerosas las actas del martirio de fechas posteriores entre las que cabe resaltar el Acta S. George Martins, del manuscrito griego Veneto, junto con los manuscritos Vaticano y Florentino.
Son múltiples las leyendas de san Jorge entre las que destaca, hacia el año 1264, la de fray Jacobo de la Voragine, obispo de Ginebra. Y ante las leyendas es bueno recordar que en Oriente, leyenda no es sinónimo de fábula o cuento. Leyenda viene de legenda, neutro del plural del verbo latino lego, leer, y la traducción correcta de legenda es “cosas que deben leerse”. Y así deben leerse e interpretarse y explicar su significado cada elemento y símbolo de la leyenda: el dragón, la doncella, la lanza, el escudo, la espada, la armadura, la cabalgadura el cabello largo… Tenemos que reconocer que todo este saber y modo de comunicar ha caído en desuso en nuestra cultura actual.

Este año, además de lo expuesto de los 1.700 años de su martirio, Banyeres está marcado además, de una forma especial, por nuestro patrón: estamos celebrando los 250 años de la bendición del actual templo parroquial dedicado a santa María bajo el título de Nuestra Señora de la Misericordia y al invicto patrón san Jorge mártir; vamos a celebrar los 75 años de la fundación de la confraría de Sant Jordi; y, sobre todo, por la inauguración y bendición del monumento de san Jorge. Un año georgiano por excelencia.

Ante este panorama procede una reafirmación de la magna figura de san Jorge.
Comenzando por la recopilación de múltiples y rigurosos estudios se puede afirmar que:
Ha habido pocos hombres en la historia que hayan sido tan conocidos y admirados por todo el mundo, tanto en Oriente como en Occidente. Cuando se realizan tantas pinturas, esculturas, edificaciones, monumentos, templos y monasterios sobre una persona, es porque ha llevado a término alguna cosa extraordinaria que ha quedado grabada en la memoria de los pueblos.
Hoy, con todo rigor, no hay ninguna duda de que existió san Jorge y que en su figura encontramos tanto el cristiano muerto en la persecución romana del emperador Diocleciano, como el legendario caballero vencedor del dragón.

Son muy pocos los personajes que, por su grandeza y por su magnitud, no pueden ser abarcados por los lindes de la historia, y rompiendo los mismos pasan a la categoría de la leyenda, privilegio de muy pocos mortales. Porque la leyenda es el canto épico ante el pueblo de su grandeza. Entre ellos se cuenta el megalomartir san Jorge.
Entre los miles de mártires, únicamente dos han sido venerados desde siempre por todos los cristianos de Oriente y Occidente. Uno de ellos es san Esteban, del que nos hablan los Hechos de los Apóstoles y el otro san Jorge.
En cuanto a los escritos podríamos destacar:
En el año 338, Eusebio, obispo de Constantinopla escribió que por Pascua de 303 “Un cierto hombre de origen no bajo, sino altamente estimado por sus dignidades temporales, desgarró públicamente el documento expuesto en la ciudad de Nicomedia, donde el emperador tenía un palacio, y mereció ser condenado a muerte y decapitado.”.
Encontramos inscripciones en Izzra (Siria) del siglo V, en Al-Butyna (Siria), en Sahwat al-Khidr (Siria), y en Khan Yunis (Franja de Gaza, Palestina), del siglo VI.
La narración más antigua que poseemos es del siglo V. A partir del siglo V son ya numerosas las inscripciones en la consagración de iglesias, templos y otros monumentos.
Pero quienes nos hablan con mayor fuerza son las piedras que han permanecido firmes e inmutables en el devenir del tiempo y que hoy nos presentan con gran rigor las investigaciones arqueológicas. Hijo, además, innumerables los templos, basílicas, Iglesias, monasterios, capillas, incluso catedrales, levantadas en memoria del santo mártir de Capadocia. Destacamos sólo un dato arqueológico de primera magnitud:
En el actual Israel, en la antigua ciudad de Lidda o Díspolis, Hoy Lod (junto al aeropuerto de Tel-Aviv), se encuentra una iglesia construida en el siglo XIX sobre las ruinas de una iglesia de los croatas del siglo XII que, a su vez, había sido edificada sobre otra que había sido levantada (en honor de san Jorge) pocos años después de su muerte. Este lugar es venerado por católicos, ortodoxos y musulmanes como lugar de la tumba del santo.
Tras la exposición de esta selección de datos es bueno recordar que san Jorge es el santo de mayor devoción en el orbe; el que más iglesias tiene dedicadas en el mundo, después de Jesucristo y la Virgen María; el de mayor presencia en instituciones religiosas y civiles; el que más aparece en la toponimia de pueblos, lugares, ciudades y naciones; es el patrón más aclamado por naciones, pueblos, ciudades e instituciones; el más presente en banderas, escudos, estandartes…
Continuar sería largo y prolijo. Baste esta somera exposición que arranca desde la antigüedad y culmina en nuestro tiempo eligiendo como epílogo el monumento existente ante la sede de la ONU en Nueva York. Al decidir levantar un monumento sobre la paz, se acordó que éste estuviese formado por un conjunto de elementos de guerra y, sobre ellos, un san Jorge vencedor. El fue el elegido por las naciones como símbolo de que el mal, la guerra (el dragón del mundo actual) pueden ser vencidos. San Jorge es el testimonio y el símbolo de que esto es posible.
En este marco único de 2003, Banyeres realiza un acto de identidad y reafirmación de la figura de san Jorge en nuestra vida y en la de nuestro pueblo con la bendición e inauguración del monumento de san Jorge, en el entorno de nuestro castillo y junto a la base de lo que fue la ermita del santo que levantó el amor y la fe de nuestros mayores.
Y todo ello realizado en piedra y bronce, para la permanencia en el tiempo y en la historia.
Un san Jorge caballero que desciende con la fuerza de lo alto, venciendo al dragón. Todo un símbolo para nuestra vida y nuestro pueblo. Por eso es nuestro patrón.
Por eso, el año 2003, el 1700 aniversario del martirio de san Jorge, pasa a inscribirse con derecho propio, esculpido en piedra y bronce, en una de las páginas de nuestra historia y san Jorge.

descargar documento