Iconografía Leyenda


Ricardo Díaz Rábago y Verdeguer

Conocer, dar a conocer constantemente, la historia de un pueblo es fundamental para autentificar su “vida”. Ella es el cimiento sobre el que se sustenta, la raíz desde la que aporta su ser genuino, propio y diferencial.

Entre los componentes históricos de Banyeres de Mariola está, como elemento fundamental y constitutivo, San Jorge. Siempre será poco lo que sobre él digamos, aportemos, estudiemos. Y más cuando algunos han cuestionado esta gran figura del cristianismo. Tales afirmaciones suponen un desconocimiento de la realidad en toda su amplitud, reduciéndola a esquemas que limitan y constriñen, impidiendo su universalidad y grandeza.

Sería largo y prolijo enumerar la universalidad del mártir S. Jorge (quizás en un futuro debiéramos dejar constancia escrita, en esta revista-programa, de esta realidad única). Baste recordar que es el santo de mayor devoción del mundo; el que más iglesias y templos dedicados tiene; el que mayor número de instituciones lo tienen como patrón, al igual que ciudades y naciones; el que más aparece en banderas, escudos y emblemas… Sí, quizá tenga que hacerse, pues en parte lo desconocemos, no somos plenamente conscientes de su universalidad.

La magnitud de su “grandeza” fue la causa por la que su figura rompió los moldes de la historia y pasó a la categoría a la que pocos mortales tienen acceso, “LA LEYENDA”, perpetuando así su memoria. Porque esta es la auténtica razón de la leyenda, la grandeza, y por ello la perpetuación, su fijación imperecedera en la historia.

Leyenda en este caso, en el de los grandes personajes históricos, no es sinónimo de fábula o cuento. Leyenda viene del verbo latino lego, leer, concretamente del gerundio neutro plural legenda (cosas que deben leerse). Y éste es el sentido genuino de la leyenda de un héroe: crear historias, colocar símbolos y realidades en el que cada uno de ellos es portador de un contenido que debe explicitarse, que debe leerse y que ayudan a comprender y conocer la grandeza del personaje.

Fue tal la grandeza del mártir S. Jorge, se le conoce como el megalomártir, que muy pronto se crearon las primeras leyendas en Oriente, enormemente populares, pasando con posterioridad a Occidente. Quizá en nuestra cultura el texto más famoso sea el de Jaime de Voragine, Arzobispo de Génova, que hacia el año 1250 escribe la célebre Leyenda Aurea.

En la leyenda aparece toda una seria de elementos que deben leerse y que expresan la grandeza del mártir. Los más significativos y conocidos son el dragón y la doncella, de una gran tradición histórica en todas las culturas y religiones, pero no son los únicos.

Quisiera hoy analizar o exponer otros elementos emblemáticos, y quizás menos conocidos de la leyenda e iconografía de S. Jorge, y que aparecen en la iconografía propia de nuestro pueblo. Para ello he elegido una iconografía concreta como es el bajo relieve que figura en la calle de S. Jorge, en el muro del templo parroquial, la litografía que en su día realizó D. Victoriano Martínez y otra, también popular, cuyo autor desconozco. En todos ellos, al igual que en numerosos iconos, pinturas, esculturas, aparece el mártir con los cabellos largos. Expliquemos y explicitemos este punto.

Los cabellos largos. Es uno de los componentes de la leyenda. No es uno de los elementos estéticos sin más que ha utilizado el artista. Por eso en algunas imágenes de S. Jorge llama poderosamente la atención, (uno de los cuatro que están en la basílica de Belén). ¿Qué significan los cabellos largos? ¿Qué debe leerse, según la iconografía o la “leyenda”?

En la antigüedad tenían un sentido muy importante. Señalan al hombre que se ha comprometido a vivir solo para Dios. Esto aparece claramente en el libro de los Jueces.

Para comprenderlo mejor comencemos leyendo el capítulo 13 del libro, en el que dice: “Había un hombre en Sora de la tribu de Dan, llamado Manoaj. Su mujer era estéril y no tenía hijos. El ángel de Yahvé se apareció a esta mujer y le dijo… Vas a concebir y dar a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño será nacir de Dios desde el vientre de su madre” (Jue.13, 2-4).

¿Qué significa nacir? Nacir o nazareno: “Dícese de aquel entre los hebreos que se consagraba al culto de Dios” (Dic. Larouse). “Dícese del que entre los hebreos se consagraba particularmente al culto de Dios; no bebía licor alguno que pudiera embriagar y no se cortaba la barba ni el cabello” (Dic. Espasa Calpe). Por eso dice la Biblia, “no pasará la navaja por su cabeza”. (Jue. 13, 5).

La fuerza de Sansón es de origen divino, según una tradición antiquísima se debe a un espíritu divino (Biblia de Jerusalén, notas exegéticas). Y así nos lo explica la Sagrada Escritura: “Dalila dijo a Sansón: anda, dime, ¿de dónde te viene esa fuerza tan grande?” (Jue. 16, 6). Después de responder tres veces a sus preguntas con afirmaciones no reales, por parte de Sansón, y ante la insistencia de Dalila”, como todos los días le asediaba con sus palabras y le importunaba, aburrido de la vida, le abrió todo su corazón y le dijo: La navaja no ha pasado jamás por mi cabeza, porque soy nacir de Dios desde el vientre de mi madre. Si me rasuran, mi fuerza se retiraría de mí, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera” (Jue. 16, 16-17).

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