Banyeres de Mariola estuvo presente en el simposium de Caravaca sobre

José Soller Cardona (Canónigo Vocal religioso de la UNDEF)

El congreso celebrado en Caravaca de la Cruz sobre el tema monográfico “La Religión en la Fiesta de Moros y Cristianos”, sacudió fuertemente la conciencia de muchos festeros y sacerdotes valorando todo lo que es, no solamente importante, sino esencial en la Fiesta.
Se había dicho muchas veces de modo aislado o solitario, pero en el Congreso de Caravaca el tema adquirió su importante relieve. No había otro tema para tratar. Allí acudieron de distintos pueblos y provincias, presidentes, festeros, canónigos, vicarios episcopales y obispos. Lo merecía el Año Jubilar de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca llamada de “La Esperanza”, como rezaba el logotipo.
Una de las más interesantes comunicaciones fue la presentada por el bañerense Miguel Sempere Martínez, escritor e historiador local, en representación de Banyeres de Mariola, cuyo extracto es el siguiente:
“En la actualidad son numerosos los pueblos que tratan de implantar las fiestas de moros y cristianos, aun a costa de abandonar viejas tradiciones menos coloristas y no por ello con menos valor humano y espiritual.
Y es que se ven nuestras Fiestas como un espectáculo que se forma a costa de gastar dinero, mediante el cual se satisfacen vanidades y a la vez genera dinero, ya que la finalidad de algunos que lo copian (todo lo bueno se imita), es la de deslumbrar al espectador, quien en estos casos, lejos de compenetrarse con el festero, se ve empequeñecido ante tanto derroche de seda y pedrería (que nada tiene que ver tanto lujo con aquellos que fueron protagonistas de nuestra historia).
Si bien consigue alegrar la vista de quien presencia los desfiles, éste no llega a comprender el verdadero sentido que mueve al festero a vestirse, que no a disfrazarse, con aquellos añejos atuendos heredados de generación en generación.
Quienes cada año lucen trajes distintos, de alquiler o de nuevos diseños, no pueden sentir, no hacer sentir, el latido de los corazones de quienes en su día crearon el traje de su Filá.
La Fiesta es una realidad cultural que ha permanecido y crecido durante siglos y cada día se fortalece más. Es la experiencia vivida por quienes seguimos los mismos ritos transmitidos desde inmemorial. Quienes sean más jóvenes en estas lides, que no se impacienten, que se integren a la Fiesta en su pureza, que lo demás les vendrá con el tiempo.
Pues la Fiesta, dentro de su diversión, es Historia, pero una historia vivida día a día; es Cultura, pues al confraternizar, al mantener o recuperar tradiciones, al estudiar e investigar vidas y costumbres nos enriquecemos; es Alegría por lo que relaja nuestro ser; pero sobre todo es Vida, es un tesoro de belleza espiritual que crece en nuestro interior transmitido por nuestros mayores y con la esperanza de que perdure en nuestros hijos.
Es una creencia en que nos uniremos en el cielo para continuar la gran Fiesta. Por esto no se concibe nuestra Fiesta sin el culto a Dios mediante la intercesión de nuestros Santos Patronos.
El festero vive la fiesta con alegría, en plenitud, sin llegar a hacer distinción entre los actos religiosos y los profanos; se compenetra en el sentido único de la Fiesta como un todo que conforma lo humano y lo espiritual, un entronque de los hombres con Dios, como verdadero deseo del Creador y satisfacción sana del hombre.
Desde antaño en Banyeres se celebran Fiestas cívico religiosas de Moros y Cristianos en honor de su Invicto Patrón San Jorge Mártir. Y se proclaman las mismas, enarbolando banderas en las torres del Castillo y en la espadaña de la Ermita del Santo Cristo, el domingo de Gloria o de Resurrección.
El Castillo y la Ermita, símbolos de nuestra historia y nuestra fe en Dios, son el punto de partida para la alegría y la oración, la diversión y el culto a Dios por San Jorge, lo humano y lo espiritual “LA FIESTA”.
Pero de todos los actos más o menos similares entre los pueblos que celebran la verdadera Fiesta de Moros y Cristianos, destacan en Banyeres de Mariola el acto del Cementerio y la Fiesta de la Reliquia de San Jorge.
Resulta imposible describir en todas sus facetas la experiencia de vivir el veinticinco de abril en Banyeres de Mariola, ya que cada cual lo ve desde una óptica diferente y cada vivencia es personal e intransferible, pero todas ellas son convergentes en un mismo sentido. Es el momento de la comunión con quienes nos precedieron, es el rendir cuentas de cómo mantenemos aquello que se nos legó. Es el beso que entronca la materia al espíritu valiéndose de la pólvora. Es una unión del ayer, del hoy y del mañana, con la visión futura del gran desfile con música celestial, de las escuadras uniformes de todos los santos.

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