V. UN.
Después de un año de permanecer cerrado en el camarín de la capilla, se encuentran autoridades; capitani; abanderadas con los estandartes representativos de sus diferentes comparsas; festeros; músicos y pueblo en general, para trasladar dignamente a quien deberá presidir desde el Altar Mayor, todo el transcurrir de nuestras fiestas.
Este acto del traslado, es principio y fin, alfa y omega de este tiempo que Bañeres dedica a sus tradiciones.
Un grupo de jóvenes que presidían la Cofradía de San Jorge, tuvo el acierto de fabricar una hermosa carroza para trasladar a nuestro Patrón en el acto de la Procesión, pero fue una decisión que se tomó para darle colorido al acto, no porque sus portadores habituales, los jóvenes de la Comparsa de Cristianos se hubieran cansado. Es cierto que algunos tenían al día siguiente sangre en sus hombros, pero lo hacían gustosos, alegres y contentos de llevar a su gloriosos Capitán. Aún así, en el momento del traslado, estos festeros acuden a llevar un poquito del peso de San Jorge, ya que él lleva el peso de Bañeres durante todo el año.
A este sacrificio que supone el montaje de la FIESTA, que todos, festeros, autoridades y pueblo en general prestan sus más queridos desvelos, viene a sumarse una nueva comparsa, que en el traslado final de este año, recibirá la bendición y el aliento espiritual de quien durante el año es confidente de nuestras penas y alegrías, protagonizando durante unos días nuestras manifestaciones festeras. ¡Ànim Jordians!
Per Sant Jordi y per Banyeres.
