Crónica de unas fiestas


La Junta Cofradía de San Jorge

Muy bien podríamos empezar esta crónica como hace 50 años lo hizo don Emilio Berenguer Ribera, coadjutor de nuestra parroquia cuando escribía: “No sin grande emoción recuerdo con alegría el memorable día … cuando todas las campanas de las iglesias de esta Villa tocaban alegres, retozonas y arrebatadoras, lanzando al vuelo sus timbres metálicos anunciando al pueblo, que el Papa había declarado con su autoridad suprema, la Proclamación de San Jorge… Nunca los sagrados bronces interpretaron tan bien el entusiasmo del pueblo…” Sí no sin emoción y alegría recordamos todos los actos conmemorativos del 50 aniversario de la proclamación de San Jorge como Patrón de Bañeres.

Todos recordaremos siempre el inicio de estas celebraciones con un acto singular: “la entreta dels xiquets”. Nunca mejor pórtico para unos actos tan entrañables que nuestros niños. Por la calle donde de forma solemne iniciamos todas nuestras fiestas, iniciaron ellos estas celebraciones. Los que se incorporan a la vida, los que van cara a un futuro, iniciaron la celebración de unos hechos del pasado. Nosotros los que no somos niños, espectadores entre un pasado y un futuro, sobre quienes pesa la grandeza de un pasado y la ilusión de una mañana, apiñados en la calle, contemplábamos gozosos este maravilloso espectáculo.

El viernes, día 2 de septiembre, fueron protagonistas de estas celebraciones, esas personas que viven con gran intensidad todo lo referente a la vida de nuestro pueblo desde la intimidad de su hogar: nuestros enfermos. Ellos siguen paso a paso cada momento de la vida de Bañeres. Ellos sienten con añoranza toda nuestra Fiesta viviendo cada momento, unas veces recordando, otras siguiendo con su imaginación todo cuanto está sucediendo. Unos vivirán la fiesta por el calor y entusiasmo que ponemos en lo que les comunicamos, otros por el mismo ambiente festero que se vive en el seno del hogar (¡con qué alegría ven vestir el traje de festero a los suyos!). Muchas veces por la visita alegre y bulliciosa de los festeros, otras por la intimidad y recogimiento que produce el poder contemplar, aunque sólo sea a través de unos cristales, la imagen de nuestro Patrón San Jorge en la procesión. Otros, los menos, sólo en el recuerdo.

Estos, nuestros enfermos, fueron en esta tarde el centro de Bañeres y de la Fiesta. Festeros, Junta de Fiestas, entidades, Cofradía, familiares, todos se volcaron hacia nuestros enfermos. Con gran recogimiento y emoción contenida, que muchas veces desbordó en lágrimas de alegría, vivieron nuestros enfermos la misa concelebrada a San Jorge.

Quisimos en fechas tan memorables compartir “nuestra misa y nuestra mesa” con toda una serie de personas muy queridas de todos nosotros, personas que han estado íntimamente ligados a nosotros y nos han ayudado en el camino y crecimiento de ser hombres y ser cristianos: Los sacerdotes y religiosas. Y ello dentro de la intimidad que permitía un sábado por la mañana, fuera de la gran fiesta del domingo, descargados de la solemnidad, con un ambiente y calor más familiar. Momento culminante fue la misa concelebrada, junto también con los sacerdotes hijos de Bañeres. ¡Qué alegría tener entre nosotros a personas tan queridas! Bañeres supo manifestar todo su afecto y agradecimiento.

Por la tarde tuvo lugar en el “Morer” el acto de la rememoración del Patronazgo de San Jorge, con la lectura de la bula pontificia. Pueblo y autoridades acompañaron la imagen de San Jorge en todo su recorrido. Y a partir de este acto rememorativo continuaron nuestras tradicionales fiestas con todo esplendor y brillantez.

Y terminamos esta breve crónica citando nuevamente a nuestro paisano D. Emilio Berenguer Ribera: “Tenemos una deuda contraída con nuestros queridos paisanos y moradores y es de gratitud”. “Todas estas solemnidades extraordinarias pudieron llevarse a cabo por vosotros, autoridades y pueblo” a todos, gracias. Nosotros “nacidos a la sombra de este castillo y del campanario, nunca en nuestra ilusión faltó la esperanza, porque creemos y seguimos opinando que un pueblo que está edificado sobre una montaña de valientes y heroínas, pudiera desmentir su abolengo Noble, Fiel, Leal y Real” como así lo ha sido y demostrado una vez más.

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