Tres Salvas


Fidel Mestre Pasual

Creo que nunca presencié acto más emotivo.

Ya vestido de “fester”, ha latido mi corazón al unísono con el vuestro en el último día de la fiesta, durante la visita al camposanto, donde yacen vuestros mayores.

No tiene en sí el acto, nada de sensiblero y ñoño, y sí mucho de severidad, veneración y respeto. Parece ser que el griterío de la gente en ambiente de fiesta, habría de privarle de su entero y prístino sentimiento. Sin embargo nada más lejos de ello.

Vuestra triple salva, en perfecto orden militar, lanzada a los vientos, son como el beso, la flor y la oración para los que fueron.

Porque beso, que es ternura y cariño, es ese caminar hacia el cementerio el día veinticinco de cada abril, en un acercamiento emocional y sincero de amor.

Flor es, la policromía de vuestro vestir, alineada junto a las tumbas.

Y no otra cosa que oración, esa mirada perdida en la inmensidad azul del día abrileño, que se eleva al Altísimo envuelta en los halos de pólvora de vuestros disparos.

No encuentro este recuerdo a los muertos en otras fiestas de Moros y Cristianos, tal vez este recuerdo vuestro, no sea otra cosa que la cristalización en un acto, de vuestra constante de alma noble e hidalga que es patrimonio

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