Xavier Casp
doncella,
tu, la doncella de los sentimientos
donceles,
espérame.
Al ciega orilla de nuestro estanque,
lo tomas
y paz la oveja;
oscura venida constante, el dragón.
¿Y quién te dijo,
o qué te dijo,
que él era palma de los caballeros
y caballero del único camino?
Jo lleva puesto,
como tú, doncella, el corazón de rodillas
y un pulso
rosas
de tan sutil frente a la esperanza,
de tan fiel al ayer y hoy;
y soy, como tú,
azúcar posible, sal destinada.
Mira, como tú, pueblo de mi pueblo
en sacrificio proclamador.
el combat, en,
si el dragón se tragaba la actitud de los hombres?
No es sueño,
sino búsqueda del caballero
de fe,
de Jordi
que, cabalgando por nuestra historia,
firma los triunfos
de nuestro ser que nos dice como son
en un milagro de razón absorta.
Tú que lo viste, doncella en símbolo
altura con él por sobre los presagios,
dame el plant, la fuerza y el cántico
de amar sabiéndolo y luchar sintiéndolo,
que es propio
de quien se defiende del dragón extraño,
gritar:
san Jorge!
